Una de las razones de la supervivencia de las tiendas físicas es sin lugar a dudas el aspecto humano, la relación profesional con los clientes y las emociones, que forman un aspecto fundamental en las decisiones de compra.
entorno del retail
El Coste por Cliente Potencial es un indicador que mide el precio que se paga por cada cliente que impactamos y que, por tanto, es susceptible de interesarse por alguno de nuestros productos/servicios para finalmente convertirse en un futuro cliente.
Para determinar el Coste por Cliente Potencial (o CCP), se necesita conocer el coste pagado para llegar a la audiencia y dividirlo entre el numero total de usuarios que nos han visto.
Este KPI es válido tanto en el mundo online como en el offline, y es una información muy valiosa para cualquier retailer que quiera evaluar los costes por llegar a una audiencia y la viabilidad de realizar un determinado proyecto.
En un contexto donde las compras por internet ganan cada vez más relevancia, se debe tener en cuenta a los consumidores, que ya no tienen la necesidad de visitar una tienda por el hecho de comprar, y por tanto lo hacen menos como una acción de compra y más como una experiencia. La digitalización tiene un papel principal en este proceso, pero ¿es acaso una prioridad para el retail físico?
En el retail, los datos han reducido la incertidumbre en las decisiones gracias a una información concreta, que permite tomar mejores decisiones en función de estos datos y su evolución. La utilización de herramientas para medir y optimizar los puntos de venta se ha universalizado lo que permite que cualquier negocio retail tenga acceso y pueda aprovecharse, independientemente de su sector de actividad.
En el comercio minorista, la realización de las auditorías de tienda, comúnmente llamadas Store Audits, es un elemento indispensable para asegurar la correcta organización y verificar el funcionamiento de la actividad comercial en los establecimientos físicos.
La Omnicanalidad es un término muy utilizado en la actualidad en el sector retail. Pero, ¿por qué? Muchos retailers físicos impulsan sus canales online e invierten en desarrollar una conexión entre sus tiendas físicas y digitales, a la vez que muchos pure players se adentran en el mundo de las tiendas físicas para acercarse de sus clientes. La realidad es que el auge de la omnicanalidad tiene mucho que ver con la experiencia de compra.
El Customer Journey representa las diferentes fases por las cuales pasa un consumidor en la relación con una marca o empresa. También llamado Recorrido del Cliente, permite segmentar y focalizar el esfuerzo para impactar mejor en los consumidores que estén en una u otra fase del proceso de compra.
El consumidor digital hace referencia a los consumidores que interactúan diariamente con el canal online. Esto engloba a casi la totalidad de la población, que de una manera u otra accede a internet, y donde cerca del 90% de la población cuenta con un smartphone. Por tanto, los consumidores son cada vez más digitales y utilizan los diferentes canales a su alcance para consumir.
El conteo de personas en las tiendas físicas permite medir el comportamiento del cliente en el interior de la tienda. De la misma forma se estudia el tráfico de una página web, el tráfico peatonal en los establecimientos comerciales también es medible.
Muchos retailers siguen sin tener una visibilidad completa de lo que ocurre en sus puntos de venta, y utilizan el volumen total de ventas para determinar el éxito de sus comercios. Pero, ¿son las ventas el mejor indicador para medir la eficiencia comercial?